quinta-feira, janeiro 26, 2012
Na vida, muitas histórias, muitas experiências, muitos relatos, muitos filmes nos preparam para o absurdo. Discutir por causa de uma toalha. Por um garfo. Por um napperon. Ter um acidente automóvel ao acender um cigarro e morrer ou.
Morrer atropelado enquanto escolhia mais um cenário. Theo Angelopoulos morreu atropelado enquanto... dizia o jornal.
bum, bum.
Quando vi O olhar de Ulisses fiquei deslumbrado chocado arrebatado, pela beleza pela história pelo mistério pela poesia pelo t-e-m-p-o.
Quando vi A Eternidade e um dia também.
Béla Tarr, Pedro Costa, Theo Angelopoulos (a dignidade da pessoa, de cada pessoa, não podemos deixar ninguém para trás) vão passando por nós sem querermos ter muito a ver com isso. O que chateia. E muito. Foda-se.
Duas histórias que já tinha lido e que hoje voltei a ler:
Theo Angelopoulos:
"En una ocasión estaba en Japón y fui invitado a cenar a casa del gran cineasta Nagisa Oshima. Acababa de perder a su mujer, a la que estaba muy unido. Nos sentamos a la mesa y allí estaba, en una esquina, una foto de ella. Para mi sorpresa, puso un plato en frente de su imagen para que comiera. Después le pregunté por su último guión y me dijo que primero tenía que leerlo ella. Ahí tiene usted un caso de cómo el pasado y el presente suceden al mismo tiempo. Lo mismo pasa con el futuro, ¿qué es? Una respiración después. Ya está aquí."
"Por ejemplo, cuando estaba preparando El paso suspendido de la cigöeña (1991) había una escena de una boda a la que le estuve dando muchas vueltas porque quería algo realmente original. De pronto, recordé una noticia que había leído veinte años atrás sobre una pequeña isla de Creta a la que era tan difícil acceder en invierno que a sus habitantes el cura les daba misa o los casaba subido a un monte de la isla de al lado. Yo quise rizar el rizo y puse a la mujer a un lado y al marido al otro. El resultado fue maravilloso."
Ficamos mais limitados.
posted by Luís Miguel Dias quinta-feira, janeiro 26, 2012