quarta-feira, março 24, 2010
1847
24 DE MARZO. He cambiado mucho; sin embargo, todavía no he alcanzado el nivel de perfección (en mis ocupaciones) que me gustaría alcanzar. No hago lo que me prescribo; lo que hago, no lo hago bien, no ejercito la memoria. Por lo tanto anoto aquí algunas reglas que, creo, me ayudarán mucho si las hago. 1) Lo que hayas decidido hacer, hazlo cueste lo que cueste. 2) Lo que hagas, hazlo bien. 3) Nunca busques en un libro si has olvidado algo, intenta recordarlo por ti mismo. 4) Obliga constantemente a tu inteligencia a trabajar con todo el vigor posible. 5) Lee y piensa siempre en voz alta. 6) No te avergüences de decirle a la gente que te está molestando; primero haz que lo sientan, pero si no entienden, discúlpate y díselo...
25 DE MARZO. No basta con apartar a la gente del mal, es necesario estimularla hacia el bien.
... Hablando a grandes rasgos sobre las Instrucciones de la emperatriz Catalina se puede decir lo siguiente. En ellas... encontramos constantemente dos principios opuestos: el espíritu revolucionario, bajo cuya influencia se encontraba entonces toda Europa, y el espíritu del despotismo, al que su vanidad le impidió renunciar. A pesar de que ella era consciente de la superioridad del primero, es el último el que predominaba en las Instrucciones. Utilizó las ideas republicanas, que tomó prestadas en su mayoría de Montesquieu (como Meyer señala con toda razón), como um medio para justificar el despotismo, pero la mayor parte de las veces lo hizo sin éxito. Por eso en sus Instrucciones encontramos con frecuencia algunas ideas que necesitarían demostraciones y no las tienen, algunas ideas republicanas al lado de las más despóticas y, finalmente, con frecuencia, deducciones completamente opuestas a la lógica.
A primera vista nos percatamos de que estas Instrucciones son el fruto de la inteligencia de una mujer que, a pesar de su gran intelecto, de sus sentimientos elevados, de su amor por la verdad, no pudo reprimir la mezquina vanidad que oscurece sus extraordinarios méritos. En general, en esta obra encontramos mas mezquindad que solidez, más ingenio que inteligencia, más vanidad que amor por la verdad y, finalmente, más amor propio que amor por el pueblo. Para concluir, diré que estas Instrucciones le trajeron mayor gloria a Catalina que provecho a Rusia."
Lev Tolstói (trad. Selma Ancira), Diarios (1847-1894), Acantilado, 2002.
posted by Luís Miguel Dias quarta-feira, março 24, 2010