quinta-feira, abril 28, 2005
La muerte de Wallenstein (1)
Jan Vermeer, The Astronomer, 1668.
Acto Primero
"Habitación preparada para trabajos astrológicos, con esferas, mapas, cuadrantes y otros instrumentos de astronomia. La cortina de una rotonda está levantada, viéndose las imágenes de los siete planetas, cada una en un nicho, alumbradas con luz incierta y extraña. Seni observa las estrellas, y Walelenstein está delante de una mesa, en la cual se halla trazado el curso de los mismos planetas.
Escena Primera
Wallenstein. Seni.
Wallenstein - Basta ya, Seni. Baja! El día viene, y Marte reina ahora. No conviene trabajar más. Ven! Bastante sabemos ya.
Seni - Déjeme V.A. observar sólo a Venus. Ahora mismo sale. Como un sol brilla en el Oriente.
Wallenstein - Sí, ahora se alla en su perigeo, o influye en la tierra con todo su poder. (Examinando las figuras de la mesa.) Afortunado aspecto! Así se forma el misterioso triángulo, y los dos planetas favorables, Júpiter y Venus, refrenan en su centro a Marte, maléfico y adverso, obligando a servirme a ese fautor de desdichas. Largo tiempo me ha sido contrario; y ya con sus rayos rectos u oblicuos, ya en cuadratura, ya por duplicado, lanzaba sus rozijos destellos contra mis astros, y anulaba sus virtudes benéficas. Ya han vencido a mi antiguo enemigo, y lo tienen encadenado en el cielo.
Seni - Y los dos grandes luminares están libres de todo maleficio. Saturno, incapaz de dañar, y sin poder, in cadente domo.
Wallenstein - Ha passado el imperio de Saturno, el que influye en el nacimiento de las cosas en el seno de la tierra, y en las profundidades del alma, y en cuanto teme la luz. Ya nos es tiempo de pensar y de reflexionar, porque Júpiter, brillante, domina y arrastra violentamente al reino de la luz todos los trabajos preparados en las tinieblas... Menester es ahora obrar con rapidez, antes que la dicha huya otra vez de mi cabeza, porque no hay estabilidad alguna en las cosas del cielo. (Llaman a la puerta) Llaman. Mira quién es.
Terzky (Desde fuera) - Abrid!
Wallenstein - Terzky? Es algo urgente? Estamos ocupados.
Terzky (Desde fuera) - Abandonadlo todo, yo os suplico. No es posible esperar.
Wallenstein - Abre, Seni! (Mientras abre Seni, corre la cortina Wallenstein.) "
Johann Christoph Friedrich von Schiller, La muerte de Wallenstein.
posted by Luís Miguel Dias quinta-feira, abril 28, 2005