quarta-feira, março 23, 2005
Relato de mi vida (3)
Friedrich, Caspar David, Moonrise over the Sea, 1821.
"En la consideración de éstos me perjudicó mucho la circunstancia de que yo «escribiera poesías». En este punto no había sido yo lo bastante discreto, probablemente por vanidad. Un romance dedicado por mí a la heroica muerte de Arria, Paete, non dolet, con el que me había estado luciendo ante un compañero, y que éste había entregado, en parte por admiración y en parte por mala idea, al catedrático, hizo advertir claramente a los superiores, ya en el cuarto curso, mi carácter especial y contrario a los reglamentos. Yo había empezado escribiendo comedias infantiles, que representaba, junto con mis hermanos más jóvenes, ante mis padres y tías. Vinieron luego poesías, dedicadas a un querido amigo, el cual ha adquirido cierta vida simbólica en mi relato Tonio Kröeger, con el nombre de Hans Hansen; en la realidad, sin embargo, este amigo mío se estregó más tarde a la bebida y tuvo un triste fin en Africa. Ignoro qué se ha hecho de mi compañera de las clases de baile, que lucía unas trenzas morenas y a la que estuvieron consagrados mis posteriores poemas amorosos. Sólo mucho más tarde llegué a componer narraciones, después de haber atravessado incluso una fase en que escribí críticas y ensayos. En efecto, en una revista estudiantil, de carácter poco escolar, titulada Der Frühlingssturm [La tormenta de primavera], que, junto con algunos revoltosos alumnos de sexto curso, publiquéen quinto, yo brillaba sobre todo como redactor-jefe, con trabajos de índole filosófica-revolucionaria."
El último año de mi padre * (2)
"Su último año -un año de bendición y de cosecha, a pesar del trabajo impertérrito, de infinitos esfuerzos y preocupaciones- comenzó en agosto de 1954 en la Engadina. Una vez más nos habíamos alojado en el hotel «Waldhaus SilsMaria», y alli encontramos a los Hesse, que eran clientes habituales. Antes, cuando no veníamos a Europa más que ocasionalmente, en viajes desde California, nos habíamos visto con más frecuencia que ahora, tras nuestro «retorno a Suiza». Montagnola: ésta había sido siempre uma meta importante de nuestros viajes a Europa, e innumerables horas habíamos pasado en la fortaleza de Hermann Hesse situada encima del lago de Lugano. Pero ahora nos encontrábamos «sencillamente» en el país, y así el sentimiento de la constante vecindad debía suplir muchos encuentros.
Por ello nos resultó tanto más agradable esta posibilidad de estar juntos en verano -«de vacaciones», como dicen los suizos-. A mi padre le gustaba esta expressión, que comunicaba a todo período de descanso algo del mágico resplandor de las verdaderas vacaciones infantiles y le permitía pensar en el mar, en el Báltico natal de la bahía de Travemünde."
* por Erika Mann
Thomas Mann (trad. Andrés Sánchez Pascual), Relato de mi vida, Alianza Editorial, 1990.
posted by Luís Miguel Dias quarta-feira, março 23, 2005