domingo, março 06, 2005
recordaciones aladas (8)
Giorgio Morandi, Still life, 1958.
"Para el juego más sorprendente a que se presta la mosca es el de hacerla servir de oculto motor de una pajarita de papel. Con un papelillo de fumar se hace una pajarita de una sola doblez y entre las patas se le coloca una mosca sujetando a aquellas las alas de ésta con dos ointitas de cera, y luego la mosca arrastra a la pajarita, y se la coloca sobre un suelo oscuro no se ve la trampa y es juego de grandísimo efecto, pues no cabe mayor propiedad ni mayor espontaneidad en la manera de andar del artefacto. Con este juego he logrado sorprendentes efectos, incluso en personas mayores. Alguna de ellas se asombró de un modo indecible y si no examina el mecanismo, no duerme aquella noche cavilando en ello. En cambio jamás he engañado con ello a niño alguno.
Se ha calumniado a la mosca, suponiendola más tonta que la abeja. Un famoso escritor dice que si se meten en una botella abejas y moscas y se pone la botella con el fondo hacia la luz siempre, no hacen sino agitarse contra el cristal del fondo, sin poder convencerse de aquele invisible obstáculo, mientras que las atolondradas moscas revoloteando de una a otra parte hallan, cuando menos lo esperan, la salida. Lo cual es decir que la abeja es más lógica, es decir, más estúpida que la mosca, y ésta más estética, es decir, más espiritual que aquélla. La imbécil de la abeja se está rasca que te rasca contra el cristal y hacia la luz, sin convencerse, mientras que la alegre mosca, convencida desde luego de que ha caído en una prisión, o más bien convencida de que es prisión todo o que nada lo es, la explora por todas partes, se pasea para divertirse sin importarle volar de trasero a la luz, y así por volver a la luz el trasero logra, jugando, la libertad.
Y pues que me he detenido en la mosca quien no se ha fijado en el tragico espectáculo que nos ofrece una de esas especiales botellas que sirven para cazar moscas? Alli se las ve luchando en el agua con la muerte, y como cada cual busca salvarse encaramándose sobre otra para poder sobre ella secarse y emprender el vuelo, así se ahogan las unas a las otras por tratar de salvarse sobre el hundimiento ajeno."
Miguel de Unamuno, Recuerdos de niñez y de mocedad, Biblioteca Unamuno - Alianza Editorial, Madrid, 2002.
posted by Luís Miguel Dias domingo, março 06, 2005