sexta-feira, março 18, 2005
El arte de hacerse respetar (3)
Máxima 4 *
"Al igual que los actos de los demás relacionados con mi persona me resultan indiferentes a menos que me beneficien o perjudiquen, también su opinión, es decir, el honor, tiene algún valor sólo si posee esta última influencia; y siendo la vida la condición de todo bienestar, y la muerte el extremo y el límite de todo mal, no puede ser cierta la sentencia altisonante de que «el honor vale más que la vida». En efecto, el honor es sólo un medio para alcanzar lo que hace grata o aceptable la existencia. Vivir, y vivir de manera aceptable, es -bajo este punto de vista empírico- el fin, y el medio nunca puede ser más valioso que el fin. A esto hay que añadir que la vida, una vez perdida, no se puede recuperar, al contrario de la honra, a la que se puede acceder de nuevo, por ejemplo, mediante la revelación de un engaño, la obtención de honores de otro género y, en todo caso, mediante un cambio en la atmósfera general, etc. Con ello no pretendo negar que algunas personas pueden arriesgar su vida po el honor -lo que para nada contraviene lo anterior-, y ni siquiera que puedan llegar a sacrificarla por él; pero esto último habrá que atribuirlo al hecho de que el hombre muchas veces pierde de vista el fin por estar ocupado de los medios **.
Máxima 5
El honor reviste un carácter negativo, y en ello se distingue de la fama, que lo tiene positivo; consiste, en efecto, en la opinión que se posee, no acerca de cualidades especiales que nos engalanan, sino acerca de cualidadesque, según la regla general, son de esperar en nosotros, y de las que no estamos privados. Lo único que expressa es que no constituimos una excepción, mientras que la fama indica que somos excepcionables. La fama debe ser primero conquistada, a saber, mostrando que se dispone de atributos que otros de la misma especie no poseen y que se hacen que uno se destaque; quien carece de fama no es porque la haya perdido, sino porque jamás la adquirió. El honor, en cambio, se da por sobreentendido, y el que no lo posee es porque lo ha perdido (a saber debido a sus acciones); alguien puede tenerlo sin ser capaz de mostrar qué ha hecho para merecerlo; se presupone únicamente que en una situación dada él hará esto o se abstendrá de hacer aquello, y es suficiente con que hasta ahora no haya demostrado lo contrario. De ahí el carácter negativo del honor, que viene también corroborado por el hecho de basarse más en lo que dejamos de hacer que en lo que hacemos, y por el de implicar más preceptos negativos que positivos. La fama, en cambio, constituye el polo positivo y se obtiene sólo mediante acciones (u obras) específicas y concretas. Así pues, el honor se refiere únicamente a cualidades que debería poseer cualquier miembro de un mismo género, y que por lo tanto se sobreentienden. Consiste, con respecto a alguien, en la opinión, generalizada entre los miembros de su género, de que no se carece de dichas cualidades, y que en consecuencia no se es, en lo que se refiere a ellas, una excepción a la regla.
*Esto sigue a la Máxima 2.
** Esta Máxima 4 debe ir tras la Máxima 1: es decir, ser la máxima 3 o incluso 1."
Arthur Schopenhauer, El arte de hacerse respetar - Expuesto en 14 máximas, Alianza Editorial, 2004
posted by Luís Miguel Dias sexta-feira, março 18, 2005