segunda-feira, fevereiro 14, 2005
recordaciones aladas (7)
Clint Eastwood. Unforgiven. 1992.
"Me parece, evocando mi niñez a través de los años, que sentíamos entonces confusamente en el fondo del alma la trabazón de todo. Admirábamos a los bichos raros y de extrañas cataduras, unos con un cuerno a la espalda, otro con cuernos ramosos -el lucano-, otros zanquilargos, panzudos muchos y todos con nombres significativos y cualidades extraordinarias. Uno era el macizo aguantapiedras, hércules de los insectos, tan chiquitín y tanta fuerza!
- A que hases tú eso? En comparasión pueden más que nosotros.
- Los sapos son sapos - respondía el otro sentenciosamente.
Llamábamos sapos a todos los bichos pequeños, insectos y demás.
Era misterioso el açumbra-noches o luciérnaga, tremendo el rompe-dedos. Los zapateros andaban sobre el agua qué bárbaros! Se contaban casos de una hormiga que le entró a uno por la oreja y le volvió loco. El que por descuido se tragaba un sapaburu o renacuajo bebiendo agua de un pozo se moría. Casi todo era venenoso, las plantas sobre todo. Había entre ellas comida de culebras, leche de brujas, etc.
Todos los bichos nos atraían y todos podían servirnos de juguete: la solitaña, el grillo, el cochorro.
La solitaña es un pequeño insecto que lo poníamos a que subiera por un palo esperando al llegar a su extremo verle remontar el vuelo. Y le cantábamos mientras abría los élitros y desplegaba las alas:
Soli solitanã / vete a la montaña
dile al pastor / que traiga buen sol
para hoy y pa mañana
y pa toda la semana!
Del cochorro hablaré con más despacio. Y del grillo quién no recuerda los grillos de su niñez, y la caza de ellos? Con la pajita primero y cuando ésta no sirve, meando sobre su hurra. Y luego se les mete en aquellas cañas rajadas, cerradas con corchos, y con lechuga dentro."
Miguel de Unamuno, Recuerdos de niñez y de mocedad, Biblioteca Unamuno - Alianza Editorial, Madrid, 2002.
posted by Luís Miguel Dias segunda-feira, fevereiro 14, 2005