terça-feira, maio 11, 2004
Daido Moriyama, Stray Dog, 1971.
"Hacia el final de la tarde me di un paseo bajo los árboles de la vereda que transcurre a orillas del Adagio hasta el Castelvecchio. Un perro de tonos claros con una mancha negra sobre el ojo izquierdo similar a un parche y que, como todos los perros sin dueño, parecía caminar en diagonal respecto a la dirección en la que se mueve, se me había unido el la plaza de la Catedral, andando siempre, a partir de entonces, un trecho por delante de mí. Si me paraba a mirar un poco el río, también él se detenía y, meditabundo, contemplaba el fluir del agua. Si reanudaba la marcha, también él se volvía a poner en camino. Pero cuando crucé el Corso Cavour, junto al Castelvecchio, se quedó atrás, al borde de la acera, y cuando en medio del Corso me di la vuelta para ver si venía, no me atropellaron por los pelos. Una vez llegado ao otro lado del Corso, consideré la posibilidad de ir directamente por la Via Romana hasta la Piazza Bra, donde había quedado con Salvatore Altamira, o si debía tener un cuenta la posibilidad de dar el pequeño rodeo que supondría ir por la Via San Silvestre y la dei Mutilati. El perro, que durante todo este tiempo me había estado siguiendo con la mirada desde el otro lado del Corso, había desaparecido de una forma repentina, y sin realmente haber tomado uan decisión cualquiera me adentré en la Via Roma."
W. G. Sebald, "Vértigo", Editorial Debate.
posted by Luís Miguel Dias terça-feira, maio 11, 2004