quarta-feira, abril 07, 2004
"Sobre la historia natural de la destrucción" 1
"A pesar de los denodados esfuerzos por la llamada superacion del pasado, me parece como si los alemanes fuéramos hoy un pueblo sorprendentemente ciego a la historia y sin tradiciones. No conocemos el interés apasionado por la antigua forma de vida y las características específicas de nuestra civilización, como por ejemplo se aprecia por todas partes en la cultura de Gran Bretaña. Y, cuando volvemos la vista atrás, en especial a los años entre 1930 y 1950, miramos y apartamos los ojos al mismo tiempo. Por eso, las obras de los escritores alemanes de después de la guerra están marcadas a menudo por una conciencia medias o equivocada de la necesidad de consolidar una posición sumamente precaria de quienes escribían en una sociedad desacreditada moralmente casi por completo. Para la abrumadora mayoría de los literatos que permanecieron en Alemania durante el Tercer Reich, redefinir la comprensión de sí mismos era una cuestión más urgente que describir las auténticas condiciones que los rodeaban después de 1945. Característico de las desagradables consecuencias que se derivaban para la práctica literaria fue el caso de Alfred Andersch. (…)
En aquella época [hace unos años] me valió duras reprimendas de personas que no querían admitir que, durante el despliegue aparentemente incontenible del régimen fascista, una postura de oposición básica y una inteligencia despierta, por las que Andersch sin duda se caracterizaba, podían convertirse en intentos más o menos conscientes de adaptación, y que ello podía hacer ajustes al presentar su vida, mediante discretas omisiones y otras enmiendas. En esa preocupación por retocar la imagen que se quería transmitir se encuentra, en mi opinión, una de las razones fundamentables de la incapacidad de toda una generación de escritoes alemanes para describir y traer a nuestra memoria lo que bían presenciado."
SEBALD, Winfried Georg, "Sobre la historia natural de la destrucción", Barcelona, Anagrama, 2003.
posted by Luís Miguel Dias quarta-feira, abril 07, 2004