segunda-feira, julho 07, 2003
CINEMA (continuação do post anterior)
Cine para reflexionar
–En una ocasión dijo que quiere que sus películas ofrezcan algo en que poder reflexionar, ¿en el caso de Dolls qué quiere que experimente el público?
–La manera en que la gente percibe Dolls puede diferir considerablemente según el estado mental y la filosofía de cada uno. Cada persona puede percibir Dolls de un modo completamente diferente. No puedo asegurar nada sobre cómo va a afectar al público. Soy un cineasta y mi trabajo es “hacer” la película. No mantengo la misma posición que los que ven el filme.
–El amor es un tema recurrente en sus películas, pero en la mayoría de ellas no permite a los personajes que completen su relación, siempre hay una fuerza externa o evento que separa a la pareja. ¿Por qué? ¿Es que no cree, de vez en cuando, en un posible final feliz?
–La verdad es que me resulta imposible juzgar mis películas (y sus finales) como felices o tristes, cómicas o trágicas. Hasta en el caso de que llegara a considerar la comedia como antónimo de la tragedia, tampoco puedo asegurar cómo va a interpretar el público lo que yo les muestro en la pantalla. En lo que respecta a los obstáculos que se interponen con las vidas de los personajes, no creo que una historia de amor fuera muy interesante o dinámica si transcurriera con demasiada suavidad y facilidad.
–Aparte del diferente trato que se le da a la violencia en Dolls, la película también introduce una nueva imagen visual, sobre todo por el uso extensivo del color a través de las cuatro estaciones del año. ¿Es esta una marca de estilo única de Dolls o va a empezar introducirla en próximos proyectos?
–Al cabo de los años he advertido que a través de las críticas y otros artículos, muy a menudo se referían a mis películas como si todas tuviesen un tono gris azulado. De manera que pensé que valdría la pena tomar el desafío de incorporar colores más variados, colores que por algún motivo que desconozco he intentado evitar a toda costa en el pasado. Mi decisión más obvia era mostrar las cuatro estaciones en Japón, donde tenemos el florecimiento de los almendros en primavera, el azul resplandeciente del mar en verano, las hojas rojas del otoño y la nieve en invierno.
–Su filmografía parece decantarse entre películas duras, sorprendentes y violentas y otras más cercanas a la poesía y el humor. ¿Esta dualidad refleja su propia lucha entre un Kitano rebelde y anárquico y un Kitano más romántico?
–Seguramente usted tiene razón, aunque en todas mis películas yo siempre he visto los dos: el rebelde y el romántico.
–Usted comenzó en en el mundo del espectáculo como cómico hasta que Nagisa Oshima pensó que podría ser un criminal fantástico. ¿Qué cree que Oshima vio en usted que le hizo pensar que un cómico puede convertirse en un buen criminal? ¿Puede ver alguna conexión entre la comedia y la violencia?
–Me parece que Oshima me escogió como parte del reparto en Feliz Navidad Mr Lawrence porque quería que mi personaje fuese menos serio. En mi opinión el ritmo y la sincronización son esenciales en la manera en que se muestran la comedia y la violencia en una película. En cierto sentido, la violencia es como la comedia: ambas se producen de repente, sin previo aviso. Recuerdo al respecto unas imágenes de televisión durante la guerra de Vietnam, en las que un vietcong era ejecutado. No había movimiento. Era el acto puro frente a la cámara.
Dos tipos de público
–En su país al público le cuesta desprenderse de su imagen de showman, mientras que en Europa es considerado un director de culto. ¿Ha cambiado algo esta situación o en Japón todavía le asocian con los cómicos “Two Beats”?
–En los últimos años básicamente he tenido dos tipos de públicos, el del cine y el de la televisión. Todavía sigo haciendo un par de telefilmes al año, así como varios programas de variedades o informativos a la semana. Algunos de ellos son en clave de humor y otros son serios. No todo el mundo que ve mis películas también ve mis programas de televisión y viceversa. Me parece que me resultaría imposible complacer a todo el mundo en todos los proyectos que llevo a cabo. En el estreno de Dolls en Japón ocurrió un fenónemo muy interesante por primera vez con una de mis películas: el 70% del público era femenino, algo completamente inusitado para tratarse de uno de mis filmes.
BORDONABA, María"
in www.elcultural.es
posted by Luís Miguel Dias segunda-feira, julho 07, 2003