terça-feira, junho 17, 2003
FOTOGRAFIA
“Helena Almeida (Lisboa, 1934). Se trata de una de las artistas más interesantes del panorama contemporáneo portugués. En sus obras convierte su cuerpo en un instrumento de mediación para la creación de imágenes, de espacios... "Mi obra es mi cuerpo, mi cuerpo es mi obra", nos dice la artista. Sus fotografías conjugan los elementos plásticos como el dibujo y la pintura, con la presencia de la artista, jugando con la idea de bidimensionalidad.
En los años setenta se consolida como artista capaz de hacer confluir eficazmente varias disciplinas. Desde ese momento, su trabajo se caracteriza por una acertada hibridación de distintos medios artísticos: fotografía, escenografía, performance y pintura. En sus obras vemos la forma en que su cuerpo, o parte de él, se encuentra alterado por manchas de pintura de color que se superponen a la fotografía en blanco y negro, sugiriendo de esta forma una relación física entre la fotografía y las líneas y colores de la pintura. Muchas de sus obras están compuestas de varias fotografías que representan una acción de gran capacidad narrativa y poética.
Los colores empleados por la artista nunca son casuales. Por el contrario, suelen llevar un mensaje implícito: el azul simboliza espacio (Tela habitada, 1976, y Estudo para um enriquecimento interior, 1977), el color blanco, pureza y purificación (Perdão, 1993), el negro, densidad y ausencia de luz (Negro agudo, 1983) y el rojo, drama y composición (Sin título, 1994-1995).
Helena Almeida realizó un gran número de exposiciones individuales y colectivas en Portugal, Bélgica, Francia, Italia, Suiza, Japón o Inglaterra.”
in www.cgac.org/esp/expo/archivo/almeid.html
Helena Almeida, Tela Habitada, 1976.
“Desde hace más de veinte años, Helena Almeida ocupa una posición estética que podemos considerar única en el arte contemporáneo. Aunque, a primera vista, sus obras se suscriben, aparentemente, a géneros estéticos familiares y códigos modernistas de representación - reproducción fotográfica, montaje y diseño, que combina con el color y los rasgos tradicionales de la pintura- pronto se vuelve obvio que estos códigos se contaminan sutilmente unos a otros. Así, nos movemos más allá de cualquier noción segura de categorías puras o de identidades determinadas: es más, somos arrastrados hacia un espacio imaginario, de fronteras permeables y cambiantes. Esta necesidad de derribar los códigos de representación existentes puede ser vista como parte de la búsqueda de un nuevo comienzo, en el sentido descrito por Edward Said: "Comenzar es hacer o producir diferencia; pero la diferencia es el resultado de combinar lo ya familiar con la última innovación del trabajo de la humanidad en la lengua.”
in www.casamerica.es/pag/1998/199805helena/expo05.htm
Seduzir
posted by Luís Miguel Dias terça-feira, junho 17, 2003