segunda-feira, setembro 22, 2008
En ese peregrinaje epistolar brillan algunas misivas, como la que recoge su rechazo hacia Guerra y paz: "No piense que no fui sincero cuando le dije que en este momento Guerra y paz me resulta repugnante. Hace unos días tuve que echarle una mirada para decidir si debo hacer correcciones para la nueva edición, y soy incapaz de transmitirle el arrepentimiento y vergüenza que sentí al revisar muchos de los pasajes. Era un sentimiento semejante al que experimenta una persona cuando ve las huellas de una orgía en la que participó", escribe un Tolstói cuarentón a su tía Alexandra Andréyevna Tolstaia, en febrero de 1873. "Lo único que me consuela", añade, "es que me entregué a esa orgía con toda el alma y en ese momento pensaba que era lo único que existía". Es un texto en el que trasluce la profunda conversión espiritual que le llevó no sólo a rechazar sus grandes obras (también dijo que no podía soportar Ana Karénina), sino a repudiar toda ficción literaria. Ni siquiera la célebre carta que le mandó Iván Turguéniev, amigo y antagonista, desde su lecho de muerte para pedirle que regresara a la literatura le hizo cambiar de opinión.
Tolstói caminaba ya hacia el ascetismo que, desde su retiro en la casa familiar de Yásnaia Poliana, lo convirtió en un referente moral internacional. "A George Bernard Shaw lo regaña por ser irónico; él no era muy partidario del humor. Consideraba que no había que divertirse cuando aún quedaba tanta injusticia", indica Ancira. Incluso Gandhi le escribió desde Londres para pedirle consejo sobre la situación de sometimiento de los hindúes en Suráfrica. El viejo aristócrata ruso, convertido ya en un profundo cristiano anticlerical, pacifista y vegetariano, le recomendó aplicar la "no-resistencia", ya que "la práctica de la violencia no es compatible con el amor como ley fundamental de la vida", una idea que el líder indio hizo suya tiempo después durante la descolonización de la India. La carta está firmada en septiembre de 1910, dos meses antes de su muerte.
posted by Luís Miguel Dias segunda-feira, setembro 22, 2008